El 0 a 0 parecía inamovible. La monotonía de un empate sin emociones era el motivo del éxodo de las tribunas, que ya comenzaban a despoblarse. Pero Hugo Viana, el mediocampista del Sporting Braga, tenía una sorpresa lista, de esas que justifican el precio pagado por una entrada. Es que el experimentado jugador de pasado en el Valencia de España le dio el triunfo a su equipo 1 a 0 ante Portimonense, cuando el reloj marcaba el último minuto adicionado por el árbitro... Y desde sesenta metros.
Viana aprovechó el descuido de sus rivales y sorprendió. Al mejor estilo José Luis Chilavert, el portugués le pegó desde detrás de la línea de medio campo. El arquero contrario se percató del disparo cuando la pelota hacía una parábola en el aire, la genial curvatura que la terminaría rumbeando hacia el arco, hacia ese terrible gol que valió un triunfo sobre la hora.